Entrevista a Eva Colomina

Empezamos 2021 con una pionera en realizar un documental sobre el turón. Precisamente donde está apunto de desaparecer, en Cataluña. Mucho ha llovido desde aquel "El juego de la caza" (1978) del gran Félix, como una brisa de aire fresco llega una nueva generación, cámara en ristre y con quien es un placer trabajar y que en 2020 presentó: "Els últims turons" Con todos ustedes: Eva Colomina

 

 

 

¿Qué empezó primero tu pasión por la naturaleza o por la grabación cinematográfica?

Primero fue la pasión por la naturaleza, sin duda, en concreto por los animales, los actuales y los extintos, aunque más adelante fue el cine lo que me hizo volver a reconectar con esta pasión.

Durante la adolescencia estuve muy desconectada de la naturaleza a nivel personal, y no fue hasta que conseguí mi primera cámara réflex con un teleobjetivo y más adelante unos prismáticos, que no empecé a maravillarme de la cantidad de biodiversidad que podía observar a mi alrededor, especialmente la gran cantidad de especies de aves.

 

¿Recuerdas cuál fue el primer documental que viste?

La verdad es que no recuerdo cuál debió ser el primer documental de todos, me acuerdo que disfrutaba igual viendo documentales de naturaleza que viendo dibujos animados, pero normalmente veía los que ponían en la televisión, en La2 o en el canal 33, pero nada específico.

Los primeros documentales que recuerdo que empecé a ver de manera repetida son los primeros DVD que tuve, que fueron las diferentes series de “Caminando entre Dinosaurios” Walking with dinosaurs, 1999, Walking with prehistoric beasts, 2001; Special Sea Monsters, 2003; y Chased by dinosaurs, 2003.

Dos series que me marcaron mucho en su momento fueron las clásicas de BBC: Planeta Azul, 2001 (The Blue Planet) y Planeta Tierra, 2006 (Planet Earth).

 

 

¿Cómo empezó la idea de rodar un documental sobre el turón?

Hace unos pocos años no estaba nada familiarizada con el turón, para mi era una especie totalmente desconocida, como luego descubrí lo era también para mucha gente. Por eso la primera vez que me contaron su estado de conservación en Catalunya, me sorprendió no haberlo oído nunca antes, no lo entendía, como un animal como el turón, un pequeño mamífero carnívoro de nuestra fauna y pariente del bien conocido hurón doméstico, me había pasado tan desapercibido.
Después de acabar los estudios de realización de audiovisuales y fotografía, buscaba una historia con la que poder desarrollar un proyecto personal.
Hace 5 años empecé a fotografiar y a hacer algunos proyectos personales con la intención de aprender y dar a conocer la riqueza del Parc Natural del Montgrí, les Illes Medes y el Baix Ter, espacio que había despertado de nuevo en mí esta pasión naturalista.

Una tarde hablando con el biólogo Albert Burgas, le pregunté qué especie de mamífero sería la más interesante para fotografiar y hacer divulgación, y me explicó la preocupante situación de declive del turón en la zona.

Empecé a colaborar como voluntaria en la campaña de trampeo fotográfico del estudio que estaba realizando el investigador Salvador Salvador Allué en el parque natural. Al principio mi intención era simplemente conseguir imágenes y ayudar en el estudio.

A medida que iba aprendiendo más sobre la especie y viendo la poca divulgación que se le hacía, consideré que valía la pena explicar el trabajo de recuperación que se estaba llevando a cabo y me di cuenta de que tenía la oportunidad de realizar un documental de conservación sobre un mamífero poco conocido.

 

 

¿Cuáles han sido las peores dificultades de este rodaje?

El reto más grande para hacer el documental fue conseguir imágenes de turón en su hábitat natural en Catalunya.
El hecho que sea un animal pequeño, nocturno y solitario, que se desplaza entre la vegetación arbustiva, hace que sea difícil de registrar incluso a través de una campaña de trampeo fotográfico. Además, a diferencia de otros mamíferos, son muy difíciles de rastrear, y sus huellas pueden confundirse fácilmente con las del visón americano, también presente en la zona.

Tanto es así, que una de las fuentes de información más importantes para detectar su presencia son los atropellos, y en el caso de Catalunya, donde la población es tan reducida y fragmentada, son un gran problema para la conservación de la especie.

Por esta razón las únicas imágenes de turón salvaje que aparecen en el documental, salvo un par de registros en directo muy poco comunes, son todas de fototrampeo, ya sea del estudio en Catalunya, o las imágenes cedidas por el grupo de estudio «Distribución, Ecología y Conservación del Turón en la Península Ibérica», antiguamente el Estudio del turón en Castilla y León, gestionado por el investigador Guillermo Carmona. El resto de imágenes en color son de dos ejemplares en cautividad, en el British Wildlife Centre en Inglaterra.

El otro reto más importante fue la realización del documental en sí, a nivel técnico, de guión y de montaje final, ya que pese a tener estudios relacionados, afrontar la experiencia en solitario difiere mucho de la teoría. Cada rodaje presenta sus peculiaridades y dificultades, y como imagino que es en todos los documentales de naturaleza, una de las grandes dificultades es la de tener la habilidad de organizar y poder asumir las incontables horas que potencialmente puede requerir filmar cada una de las escenas.

 

¿Cuáles han sido los mejores momentos?

Uno de los momentos más emocionantes para mí fue la primera vez que conseguí registrar un turón en vídeo, un año después de estar haciendo fototrampeo ininterrumpidamente con 4 cámaras en zonas donde se había detectado su presencia con anterioridad, era realmente difícil.

Siempre era muy emocionante ir a recoger el material, además de algunos vídeos de turón, a veces también encontraba otras sorpresas, como vídeos de interacciones entre garduñas y ginetas, o una vez cuando registré como un búho real cazaba un conejo.

Lo mejor de la experiencia también ha sido tener la oportunidad de colaborar con el estudio aportando la información que registraban las cámaras, y conocer a toda la gente que trabaja para la conservación de la especie. También me alegré mucho cuando el documental pasó a formar parte de la campaña oficial de divulgación del estudio y plan de recuperación en Catalunya, del Grupo de trabajo TuroCat.

Gracias al documental he aprendido no solo sobre como hacer un documental, sino también sobre ecología y conservación, por lo que ha sido una experiencia muy gratificante.

 

Hace unos años era muy raro ver a una mujer trabajando en esta industria. (Recordamos en el Hombre y la Tierra a Ángela Minaya tomando notas y a la esposa de Félix Marcelle Parmentier, dando biberones). Ahora tenemos auténticas instituciones como Sophie Lanfear, Sophie Darlington y gente joven como Tania Esteban o tú. ¿Crees que el éxito creciente de este género documental se debe o al menos en parte a este incremento de participación femenina?

En la industria del cine, aunque en algunos países sí que va aumentando la presencia de mujeres en cargos creativos y de dirección, realmente el porcentaje que representan sigue siendo pequeño. Creo que el hecho de que haya más igualdad de genero también favorecería que haya nuevos enfoques, sensibilidades y estilos narrativos, que pueden atraer a un público más amplio y diverso. Por lo tanto sí, sin duda es un factor que suma en el éxito del cine documental actual, que ha ganado en popularidad gracias a las posibilidades de ver películas bajo demanda, sin depender de una programación externa.

Es una suerte tener hoy en día referentes tan potentes como por ejemplo Justine Evans, mujeres que llevan muchos años detrás de las cámaras de las series míticas de BBC, Disney Nature o SilverBack Productions, y poder seguir también a mucha gente joven que está mostrando su talento en el cine y en las redes sociales.

 

 

Vemos que las redes sociales tienen un gran impacto hoy en día. ¿Qué ventajas y desventajas ofrecen en la divulgación?

Creo que las redes sociales ofrecen unas posibilidades de divulgación excepcionales. Por un lado el alcance de público es mucho mayor y más especifico. Al mismo tiempo, cada vez es más accesible y fácil crear contenido, puesto que también el equipo básico de grabación es más asequible. Gracias a ello hoy en día existen muchísimos divulgadores de gran nivel, naturalistas, científicos y otros profesionales, comunicadores con talento que saben aprovechar las oportunidades que ofrecen las redes sociales como herramienta para hacer divulgación.

Las series de YouTube son un gran ejemplo de esta nueva manera de hacer programas o documentales, pero también lo son el resto de redes sociales, los hilos de Twitter, las fotografías y directos de Instagram, etc.
Hoy en día son un canal imprescindible para cualquier divulgador.

Por otro lado, esta misma característica de la accesibilidad también se convierte en una de las grandes desventajas de este tipo de canales, debido precisamente a la facilidad con la que se puede hacer también mala divulgación, promover contenido hecho con poca rigurosidad científica y promocionar «fake news»

 

Por último ¿qué retos y nuevos proyectos te planteas próximamente?

Junto con Eloi Rovira, estamos iniciando Feristela Media, una entidad donde nos gustaría enmarcar nuestros proyectos de divulgación, (audiovisuales, diseño gráfico, redes sociales y diseño y programación web), y desde donde colaborar también con otros profesionales.

A corto plazo me gustaría acabar un documental interactivo sobre la des-urbanización y restauración de un sistema de lagunas costanera de la Pletera, en els AIguamolls del Baix Ter, en el Baix Empordà, un proceso de renaturalización increíble que empecé a fotografiar hace 6 años, cuando empezaron las obras del proyecto.

También me gustaría ampliar mi formación en el género de documentales de naturaleza y empezar nuevos proyectos para dar a conocer más historias sobre conservación y el extraordinario mundo natural.

 

Podéis ver el documental aquí:

Els "últims turons"

Entrevista por realizada por: Jaume Martín